La energía nuclear es sin lugar a duda una de las más controvertidas y por consiguiente, el debate acerca de su utilización debiera ser puesto en el centro de la escena. Como toda forma de producción energética, la misma reconoce promotores y detractores. Cada uno de ellos, expone argumentos que considera de peso para alentar o desestimar el fortalecimiento de la misma.
En el artículo siguiente haremos un análisis –escueto, pero lo más concreto posible- respecto de una problemática actual como es la del cambio climático. Haciendo hincapié en la producción de energía nuclear y basándonos por supuesto en sus principales ventajas y desventajas.
¿Por qué resulta tan controvertida la energía nuclear?
En definitiva, la principal ventaja que se desprende de la energía nuclear es aquella que da cuenta de la poca utilización que hace de combustibles fósiles en la producción de energía eléctrica. Lo cierto es que esto representa una verdad a medias. Por ello se encuentra enmarcada en un debate social pendiente respecto de la forma de producción que propone. ¿Cómo se explica esto? Intentemos en las líneas que siguen abordar la problemática.
Si bien hemos dicho recién que la transformación de energía nuclear en eléctrica supone un consumo menor de combustibles fósiles –tal es el argumento de sus promotores- hay que tener en cuenta que ello representa una verdad a medias. Gran parte del consumo de este tipo de combustibles proviene del transporte por carretera y por consiguiente el ahorro de los mismos es realmente escaso. De la misma manera, los posibles accidentes que se desprenden de la gestión de la actividad nuclear terminan por oficiar de argumento concreto para aquellas personas que se presentan en contra de la misma.
Desde el punto de vista político, el desafío implica poner a esta forma de producción de energía en la agenda de los estados. Plantear una discusión respecto del potencial que reconoce la energía nuclear en términos cualitativos y por consiguiente, a qué problemáticas nos acerca como sociedad en tanto tal.
En ese sentido, también puede vislumbrarse un desconcierto ciudadano al respecto. Producto del desconocimiento que existe en relación a un mundo que si bien no es, pareciera ajeno; a saber, el mundo científico. Informarse con fuentes fiables y debatir al respecto pareciera ser el desafío futuro en relación a nuestra forma de producir energía. Y cómo ese modelo productivo afecta o no al futuro mismo de nosotros y el medio que habitamos.