Se vienen los ladrillos ecológicos con fibras de lana y polímeros extraídos de las algas. Construcción sostenible, ahorro energético
Son cada vez más los emprendimientos que tienen como objetivo dejar de perjudicar el medioambiente, ahorrar energías y aplicar la sostenibilidad en todas las áreas posibles. Así es como en el ámbito de la construcción se buscan y encuentran alternativas en materiales de construcción cada vez más ecológicos y ventajosos. En este caso se incluyen en la confección de ladrillos un material extraído de las algas y sencillamente lana.
La meta del equipo de investigadores escoceses y españoles era fabricar ladrillos a base de un material no tóxico, usando elementos naturales que predominaran en la naturaleza y a la vez que le confirieran mayor resistencia mecánica. Así fue como incorporando a modo de conglomerante el alginato: polímero natural presente en las paredes celulares de algas marinas, al material arcilloso base y añadiendo fibras de lana de oveja, resultaron unos ecológicos y muy resistentes ladrillos listos para la construcción.
Según arrojaron los resultados de investigaciones previas, las fibras de lana refuerzan los distintos materiales del suelo potenciando la resistencia a la compresión y disminuyendo notoriamente las deformaciones y fisuras, cumpliendo con los test correspondientes que lo califican como casi un 40% más resistente que ladrillos similares de tierra, sin cocción. Además se acelera el tiempo de fraguado y presentan mayor resistencia a los esfuerzos de flexión.
Entre las ventajas de poder usar este tipo de material para la construcción en un futuro, podemos mencionar: menor daño para la naturaleza, puesto a que su hechura significa un menor gasto de energía y menor producción de residuos, y el posible reciclaje de otros materiales de desecho. Son mejores aislantes tanto del frío como del calor exterior, lo que se traduce en gastar menos energía en el hogar para calefaccionar o refrigerar. En muchos casos son más económicos que los tradicionales, pero en caso de no serlo, al ser mejores aislantes, el futuro ahorro energético amortiza la diferencia de costo. Y por último, al momento de construir, gracias a los materiales que componen los ladrillos ecológicos, los hacen más ligeros y manejables para el obrero, optimizando el tiempo de construcción y abaratando los gastos.
Si hace casi 15000 años las comunidades de Oriente usaron barro, restos vegetales y orgánicos para levantar sus viviendas, ¿Por qué no hoy podemos, basados en sus ejemplos y respaldados por fundamentos científicos, volver a las prácticas sostenibles y naturales para la construcción? Esperemos que pronto estén al alcance de todos los ladrillos ecológicos, más fuertes, resistentes y sustentables.
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