
La biodigestión anaerobia es una de las soluciones para el tratamiento de los residuos orgánicos. También una fuente de energía renovable tan válida y útil como las convencionales. Para ello nos valdremos de los biodigestores.
El hombre en la actualidad está pagando altos costos económicos y ambientales para obtener energía calórica y energía eléctrica en base a combustibles derivados de materiales fósiles y para abastecerse de petróleo además de no tener en cuenta de la finitud de tales productos. Otro problema ambiental que se suma a ambos costos es el tratamiento de desechos sólidos orgánicos. Normalmente terminan como relleno sanitario, siendo la peor de sus consecuencias la contaminación de las napas freáticas por lavado del suelo. Esto quiere decir que terminan contaminando las aguas subterráneas.
Podemos entonces ver a esta peculiar invención india de fines del 1800:
Los biodigestores, como alternativa para atenuar ambos impactos y de a poco colaborar con remediación del ecosistema.
Tratando de dar una descripción sencilla y simplificada de como es y funciona un biodigestor decimos que el dispositivo consta de un contenedor, reactor o celda que puede variar en material, capacidad y/o forma (desde tanques plásticos diseñados especialmente, hasta bolsas silo). En su interior se deposita estiércol y/o desechos vegetales u orgánicos y se los mantiene encerrados herméticamente.
Después de unos 30 días a unos 37 grados Celsius obtenemos gas metano y abono orgánico compuesto por fósforo, nitrógeno y potasio. (Su diseño puede irse complejizando según los intereses, por ejemplo es muy útil añadir algún recipiente para captar y almacenar el biogás.)
Si se regula la presión en el contenedor pueden lograrse diferentes resultados. A presión constante se produce gas suficiente para calefaccionar y cocinar, y si la presión es variable se obtiene solo abono orgánico. La cantidad de gas y abono obtenidos dependen, obviamente de la cantidad de materia prima, por ejemplo, estiércol.
Diversos son los desechos orgánicos que se vienen empleando a lo largo de la historia de los biodigestores. Van desde deposiciones humanas hasta excretas de diferentes ganados combinadas o no con restos vegetales.
Respecto al biogás resultado del metabolismo anaeróbico de los restos orgánicos, podemos decir que es excelente combustible.
Puede reemplazar sin inconvenientes a la electricidad y al diesel entre otros combustibles tradicionales. Se viene utilizando como fuente de energía en diferentes zonas rurales de Centroamérica y Sudamérica. Alimentan motores eléctricos, cocinas, calentadores, entre otros, ya que es muy fácil adaptar estos complementos para que funcionen a gas. Además es incoloro y no se disuelve en agua.
Varias son las alternativas sustentables que se vienen recuperando de siglos pasados para ayudar a sanar y proteger el entorno presente y el futuro. Los biodigestores reaparecen desde la colonia de leprosos en el siglo XIX en Dubái en nuestros días en varias versiones y en distintos puntos del mundo como la prometedora opción para reutilizar desechos orgánicos y al mismo tiempo depurar el aire y el agua.
Biodigestores como la potencial solución para el manejo de desechos orgánicos y la producción de erengías alternativas. Energías renovables, medio ambiente
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